“Se suponía que el euro serviría para facilitar la convergencia entre países; durante años eso fue, a grandes rasgos, lo que sucedió. Hasta que llegó la crisis y Bruselas, de la mano de algunas capitales, impuso una serie de políticas que han acelerado el proceso contrario”, indica Philippe Legrain, exasesor del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.
“Los políticos europeos llevan meses declarando victoria porque asoma algo de crecimiento después de que con sus recetas causaran innecesariamente una profunda recesión. Pero los españoles son comparativamente más pobres debido a una respuesta a la crisis errónea e injusta”, dice el autor del sugerente Primavera Europea.